martes, 18 de agosto de 2015

Crimenes Max Haines

 CRÍMENES por MAX HAINES  

Un caníbal en París

Un intelectual japonés entró en contacto con su lado oscuro




Un caníbal en París
Renee Hartewelt había obtenido su licenciatura en literatura francesa en la Universidad de Leyden. Durante la primavera de 1985, la estudiante de 25 años prosiguió sus estudios en la Université Censier, en París. Además de su lengua materna, la atractiva chica holandesa hablaba alemán y francés. Vivía en un apartamento en la rue Bonaparte, al sur del Sena. 

Issei Sagawa, quien pesaba 40 kilos y medía 1,39 metros, se sentaba al lado de Renee en una de las clases a las que asistían ambos en la universidad. El japonés era hijo de un acaudalado empresario japonés; había conseguido su licenciatura y maestría en la Universidad de Osaka. Al igual que Renee, Issei, de 33 años, hablaba fluidamente el alemán y el francés. Tenía su propio apartamento tipo estudio en el edificio 10 de la rue Erlanger. 

Los dos estudiantes avanzados tenían en común su interés por la literatura francesa. Debido a que Renee dominaba mejor el francés, ella se ofreció a ayudarlo con las traducciones más difíciles; pero lo que ella no sabía era que su nuevo amigo tenía otras cosas en mente. 

Durante años, este inteligente académico albergó fantasías -horribles fantasías. Quería hacerle el amor a una mujer y consumir partes de su cuerpo -no cualquier cuerpo, sino el de alguien que a él realmente le gustara. Sin que Renee Hartewelt lo supiera, ella era esa chica. 
El 11 de junio, la chica estaba ayudando al nipón con sus estudios en su apartamento; él ya no podía contenerse más: le dijo a Renee que la amaba, y rápidamente agregó que sería agradable tener relaciones sexuales. Renee le sugirió que se concentrara en sus traducciones del francés. Issei se levantó, caminó a un armario, sacó su rifle y le disparó en la parte posterior del cuello, matándola en el acto. Luego tuvo relaciones con el cadáver. El hombre usó sus cuchillos y navajas para mutilar y retirar partes de la chica. Nariz, labios, pechos y secciones de los glúteos fueron extirpados. Comió partes del cuerpo. Cocinó algunas secciones, otras las devoró crudas. Otras las envolvió en plástico y las colocó en el congelador. 

Dos días después un pequeño hombre asiático fue visto en las calles arrastrando dos maletas. Presa de los nervios, Issei se marchó dejándolas en la calle. Cuando unos transeúntes notaron que de ellas se filtraba sangre, llamaron a la policía. Un policía abrió la maleta y se encontró con una cabeza sin nariz ni labios. Renee Hartewelt resultó ser la víctima. Aunque la estudiante había vivido en París sólo por cuatro meses, se creía que ella había estado en contacto con otros estudiantes extranjeros. 

Un taxista se presentó y declaró a la policía que había recogido a un pasajero que tenía dos grandes maletas en el edificio 10 de la rue Erlanger. Los detectives investigaron a los ocupantes del edificio. Descubrieron que un apartamento tipo estudio estaba alquilado a Issei Sagawa, un brillante estudiante japonés de la Université Censier. Parecía haber pocas dudas de que tenían a su hombre; se precipitaron a su domicilio. 

Issei confesó a los detectives. Pese a afirmar que se encontraba cuerdo, fue sometido a exámenes psiquiátricos. Se determinó que no estaba en capacidad de afrontar un juicio y lo encerraron en una institución para criminales dementes. 

Tomado de la Revista Estampas del Universal - Venezuela

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