UN ROMANCE QUE TERMINÓ EN ASESINATOWalter y Florence no formaban precisamente una pareja ideal. Rufián él, enfermiza ella, el destino les tendría deparada una trágica e inesperada jugada
A comienzos del siglo pasado, algunos llamaban al vecindario crisol de razas, otros le decían Flatbush. Entonces, al igual que ahora, se conocía oficialmente como Brooklyn. En 1901, Florence Burns, de 19 años, fue presentada a Walter Brooks, un rufián de 20 años que vivía con sus padres en la calle Decatur.Walter quedó profundamente impresionado. Se enamoró perdidamente de Flo, de ojos azules y cabello rubio, y decidió enmendarse y aprender a vivir honradamente. ¿Quién lo diría? Incluso llevó la llevó a su casa para que conociera a su madre. Se casaría con ella, vivirían en una casa blanca con una cerca de madera, tendrían un perro y él se convertiría en un hombre recto. Cuando acompañó a Flo a la iglesia, todos supieron que Walt había cambiado por completo. Todos menos los padres de la chica. Estaban convencidos de que árbol que nace torcido, nunca su tronco endereza. Le prohibieron a su hija ver a su novio. Debido al acoso de sus padres, la joven apenas comía, cada vez se sentía más abatida y, finalmente, enfermó. Sin embargo, no renunció a Walter. ¿Qué podrían hacer los venerables padres con la ingrata chica? La echaron de la casa, eso fue lo que hicieron.Walt le explicó la situación a sus padres. Llevaron a Flo a su hogar en la calle Decatur. La enfermiza Flo no le causó una gran impresión a ninguno de ellos. Insinuaron que la joven quizás no estaba tan enferma como se mostraba. Incluso el amor de Walt comenzó a disminuir. Cuando Flo sugirió matrimonio, el antes apasionado Walt se echó para atrás. Ella estaba de malas. Cuando los padres de Walt le pidieron que abandonara la casa, la chica se marchó enojada y gritó que si Walt no se casaba con ella, lo mataría.El romance se tambaleó, pero no se había extinguido. Flo, tras haber sido echada de su propia casa y del hogar de quien consideraba su prometido, rentó una habitación en la calle West 45th de Manhattan. Un par de veces a la semana, Walt la visitaba. Usualmente salían de la casa al caer la noche y regresaban alrededor de medianoche. Él nunca se quedaba a dormir. Saben a qué me refiero.Walt entró en el negocio de las frutas y vegetales con un socio, Harry Cohen, y su empresa prosperó modestamente. Uno pensaría que Walt tenía suficiente en su plato como para mantener a cualquier hombre ocupado. Pero no era así. Él tenía otro suculento bocado como guarnición. Su nombre era Ruth Dunn, una joven que le había sido presentada por Flo.Walt pasaba la mayoría de las tardes con Ruth y luego se apresuraba para recoger a Flo en su pensión. Naturalmente, ésta se enteró del engaño de Walt. Estaba furiosa. La joven se reunió con Walt y amenazó con matarlo si no se casaba con ella.Walt le contó de la desagradable conversación a su socio Harry, quien prudentemente le dijo que estuviera vigilante, porque esa clase de mujeres era peligrosa. El viernes 14 de febrero de 1902, Flo visitó la oficina de Walt y esperó hasta que él llegó al final de la tarde. Harry se estaba yendo de la oficina. Walt mencionó que Flo saldría de viaje a Detroit y la llevaría a cenar esa noche. Los dos hombres quedaron de verse más tarde. Pero Walt no se presentó.Unas dos horas después de que Harry dejó a la joven pareja conversando en la oficina de la compañía, un tal John Wilson y su esposa se registraron en el Glen Island Hotel. Les asignaron la habitación 12 en el tercer piso.Un botones con el notable nombre de George Washington acompañó a la pareja a su cuarto. Más tarde, George fue enviado a la habitación 12 con un vaso de limonada para la señora. George tuvo mucha actividad esa noche. Alrededor de medianoche, mientras pasaba frente a la habitación 12 con otro encargo, sintió olor de gas y notificó la novedad a su superior.El encargado entró en la habitación 12 y encontró a un hombre que yacía sobre la cama. La habitación estaba llena de gas. El encargado rápidamente cerró dos llaves de gas y mandó a buscar a un médico. Nunca sabremos si el doctor estaba ebrio o la habitación estaba mal iluminada. Atendió al hombre y declaró que estaba fuera de peligro y que debería recuperarse sin mayores
contratiempos. El doctor no había notado un diminuto orificio de proyectil detrás de la oreja derecha del hombre inconsciente.A la mañana siguiente, cuando el cuidadoso encargado del hotel subió a echarle un vistazo al paciente, lo encontró muerto. Los documentos en el bolsillo del muerto indicaban que su nombre era Walter Brooks, no John Wilson. No hubo una gran investigación. El padre de Walt dijo que la asesina era Flo Burns. La madre de la víctima señaló que la asesina era Flo Burns. El socio de Walt, Harry Cohen, declaró que la asesina era Flo Burns.
contratiempos. El doctor no había notado un diminuto orificio de proyectil detrás de la oreja derecha del hombre inconsciente.A la mañana siguiente, cuando el cuidadoso encargado del hotel subió a echarle un vistazo al paciente, lo encontró muerto. Los documentos en el bolsillo del muerto indicaban que su nombre era Walter Brooks, no John Wilson. No hubo una gran investigación. El padre de Walt dijo que la asesina era Flo Burns. La madre de la víctima señaló que la asesina era Flo Burns. El socio de Walt, Harry Cohen, declaró que la asesina era Flo Burns.Después de que la policía escuchó todas las versiones, los agentes también creyeron que la asesina era Flo Burns. Ella fue arrestada ese mismo día. La policía se dedicó a recabar evidencia para el caso. Los detectives encontraron una peineta en la habitación 12. La madre de Walt afirmó que era la misma que usaba Flo cuando estuvo convaleciente.La estrella del show era el botones George Washington. Juró que había visto a la mujer de la habitación 12 dos veces la noche del asesinato y que se trataba de Flo Burns. Flo parecía estar en camino a la silla eléctrica en Sing Sing. Pero al ver que alguien de su propia sangre se encontraba a un paso de la muerte, el padre de Flo fue en su auxilio con costosos abogados.El principal abogado defensor señaló que si todos los que en Flatbush amenazaban con matar a un amante concretaran el terrible acto, la población de la ciudad disminuiría considerablemente. En cuanto a la peineta incriminatoria, miles de peinetas similares se usaban en Nueva York en cualquier momento dado. George Washington fue sometido a un arduo interrogatorio. Admitió que la mujer de la habitación 12 tenía un velo. Le pareció que tenía la piel oscura; también admitió que no estaba absolutamente seguro de que fuera Flo.Los abogados de la defensa también señalaron que el arma homicida no se había encontrado. Algo más importante era que la fiscalía no había logrado ubicar a Flo Burns en la habitación 12 junto al hombre asesinado. El juez determinó que no había suficiente evidencia para relacionar a la acusada con el crimen. Falló que Walter Brooks había sido asesinado en la habitación 12 del Glen Island Hotel por una o varias personas desconocidas.Flo salió del tribunal siendo libre como el viento. Nadie jamás fue condenado por dispararle a Walter Brooks detrás de la oreja derecha.A Flo no le fue muy bien después de ser absuelta. Para 1910 se había casado dos veces; su primera unión terminó en divorcio, mientras que su segundo esposo había sido un hombre irónicamente llamado Edward Brooks. Ella y su cónyuge fueron condenados por extorsión en 1910 y sentenciados a siete años y cinco meses de prisión en Sing Sing.Al salir de Sing Sing, Florence Burns Brooks desapareció de la vista de todos.
Traducción: José Peralta.
Ilustraciones: David Márquez. davidmarquez@cantv.net
Traducción: José Peralta.
Ilustraciones: David Márquez. davidmarquez@cantv.net
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